Recorridos a pie

La Peñuela, Vizcarronda y Chorro Manso.

Es un recorrido por tres de las fuentes públicas más conocidas de Manilva y más visitadas por nuestros ancestros.  Hoy, el área de m. ambiente del ayuntamiento de Manilva realiza las gestiones necesarias para mejorar el recorrido peatonal que comunica las tres fuentes.

El lugar conocido como La Peñuela, fuente natural y centro de reunión hasta no hace demasiados años de muchas mujeres manilveñas, cuenta con una tradición histórica de gran interés para el pueblo.

Se sitúa en un pequeño valle por donde discurre el arroyo del mismo nombre, entre la loma de los Mártires y las Lomas de Don Pedro. El acceso a la Peñuela se hace, desde la iglesia de Santa Ana, a través de la calle Peñuela, en la zona sur del núcleo urbano conocida tradicionalmente como “Hondón”. O bien a través del camino de Jacinto Porro, un poco más al Oeste. 

Por uno u otro acceso, seguimos el cauce del arroyo hasta la fuente, a través de un paseo engalanado de chopos, álamos blancos, sauces, pinos, alcornoques, algarrobos, tarajes, majuelos, adelfas… producto de reforestaciones realizadas por éste Área en colaboración con alumnos del Colegio Pablo Picasso.

Frente a la poza más pronunciada del arroyo (muy colmatada en la actualidad) adornada de majuelos, juncos y aneas, vemos la fuente: incansable chorro de agua fresca y cristalina que ha dado de beber a varias generaciones. 

Totalmente integrada en su entorno y cobijada por la vegetación, el agua brota de una pared de formaciones areniscas y vierte en una pila de construcción reciente. 

Subiendo por la vereda que dejamos atrás, en la bifurcación, se aprecia cómo el agua discurre a través de pequeñas pozas escalonadas que provocan una bajada rápida en pequeños saltos de agua.

Continuando el curso del arroyo de la Peñuela, y siguiendo el paseo peatonal del mismo nombre llegamos a la segunda Fuente, la de La Ocasión. Con una peculiar edificación que la protege a modo de pequeña ermita. Hoy se encuentra enmarcada por una pequeña plazoleta ejecutada gracias a los trabajos de las áreas de Medio Ambiente y Agricultura de este Ayuntamiento.

Para alcanzar la última fuente, seguimos el curso del arroyo por el recientemente recuperado camino de Manilva a San Roque que nos lleva hasta la VIZCARRONDA.

Pero en esta ocasión seguiremos el curso del arroyo hasta la Fuente, en el camino del Chorro. Al comenzar la pendiente encontramos a nuestra izquierda la fuente conocida como ‘El Chorro Manso”.

Datos Generales

Distancia: 2 km.

Modalidad: A pie, a caballo y en bicicleta de montaña.

Dificultad: baja.

Época recomendada: Todo el año.

Camino Viejo a Casares

Esta última ruta nos dará la oportunidad de adentrarnos en pleno campo casareño por uno de los caminos más transitados por las mulas de nuestros abuelos.

Desde la N-340 subiremos por la margen derecha del Río Manilva, por el camino de las vegas de Casares paralelo a la Colada del Molino del Duque. 

Recorridos unos 2.500 metros tomaremos a la derecha la pendiente del Camino Viejo a Casares, a izquierda y derecha del camino nos llama la atención dos viejas  construcciones: “La Bodega” que nos sorprende por su señorial aspecto y por su parapeto de monumentales palmeras; y los restos del  “Ingenio Chico”, parte del acueducto y algún muro medio derruido de lo que fue la fábrica de azúcar de los duques de Arcos. 

Quizás tengamos suerte y nos sorprenda el majestuoso vuelo de una garza real que ronda por aquí. Tras una media hora de camino podremos contemplar desde lo alto fantástica Sierra de la Utrera y el desfiladero que nace en la zona conocida como “Los Llanos”, y que baja a lo largo de aproximadamente mil setecientos metros de longitud hasta el camino a Los Baños, junto a la ermita de San Adolfo.

La sierra es un pequeño macizo kárstico que nos muestra un paisaje similar al del Torcal de Antequera, pero de menores dimensiones. Más adelante podremos contemplar el curso del río Manilva y las dos charcas, la del Infierno primero y la de La Paloma después, que se generan a lo largo de su recorrido. A nuestro paso asomarán varias viejas bodegas que vienen a dar fe de la antigua dedicación de estas tierras; lo que antes eran campos de viñas ahora es monte bajo. Todavía alguna vieja muela recuerda las largas jornadas de trabajo de otros tiempos.

Datos Generales:

Distancia: 9 Km. (aprox.)

Tiempo estimado: 2:30h a pie.

También se puede hacer a caballo y en bicicleta de montaña. Es posible hacer el recorrido en coche. 

Dificultad: baja

Cañada Real a San Enrique

Este sendero nos ofrece la posibilidad de hacer uso de una de las más importantes vías pecuarias de toda la zona: la Cañada Real de Los Barrios a Estepona.

Desde la N-340, tomamos el camino de Martagina. Pasada la urbanización Aldea Hills, la vía pecuaria se abre paso a la izquierda con una brusca bajada hasta el arroyo de Martagina, para iniciar una subida de unos ochocientos metros hasta la loma del Rey.  Toda esta zona de inicio se ve afectada por obras de urbanización.

A medio camino, a la derecha, el arroyo se cubre de álamos blancos y alcornoques; a la izquierda, majuelos, acebuches y un caprichoso almendro que dejamos atrás en el mismo cruce del arroyo. Una vez arriba, pasados unos chalés, continuamos la cañada con una pendiente mucho más suave. 

Chumberas, pitas, algarrobos, higueras, lentiscos, érguenes, cardos y zarzas cercan la vereda a ambos lados. 

La loma del Negro al sur se muestra contorneada por el azul intenso del mediterráneo.  

Salimos momentáneamente del camino por una vereda que se abre paso entre higueras a la izquierda para acercarnos al alcornocal que crece en esta loma negra.  Un pequeño reducto de una especie endémica del mediterráneo occidental, fundamental en el proceso de creación y protección de suelo. 

Además, su papel como generador de una importantísima vida animal es indiscutible. Otras especies acompañan a este pequeño alcornocal: algarrobo, acebuche, majuelo, brezo, enebro, labiérnago, lentisco, cornicabra, mirto, coscoja, aladierno, palmito, rusco, madreselva, durillo, jara del ládano (pringosa) y jaguarzo, genista, cantueso, romero y tomillo, espárrago.

Retomamos la cañada que cruza más adelante la autopista a través de un paso elevado, dejamos a la derecha el Camino del Pinar que se abre paso en zona de cotos, para bajar la pendiente que nos lleva a San Enrique saliendo del término municipal.

Datos Generales:

Longitud: 7 Km. (aprox.)

Recorrido: Lineal

Tiempo estimado: 5 horas

Modalidad: A pié

Dificultad: Esta ruta es de dificultad baja, con una única subida pronunciada en el primer  tramo, desde el arroyo de Martagina.

Martagina al Pinar de Tábanos

Iniciamos el recorrido en el camino de Martagina, que sube por la arista de la loma que separa los arroyos de Alcorrín y Martagina, desde la N-340 en la urbanización Aldea Hills. 

Es recomendable observar con detenimiento las plantas de las riberas del camino, sobre todo en primavera, pues, tras algunas nuevas promociones urbanísticas, entre érguenes, aulagas, zarzaparrillas, lentiscos y majuelos, nos puede sorprender alguna orquídea. 

Después de  un kilómetro de subida llegamos a una terraza ocupada por algunas casas de campo y chalés; el camino se bifurca, nosotros seguimos por el camino de Martagina con una nueva subida que nos llevará a Los Castillejos: un cerro cercado por una sucesión de alcores que resultan ser los derruidos bastiones de una impresionante fortificación del segundo milenio antes de Cristo. 

Este lugar nos ofrece, además de este importante yacimiento del Bronce, unas espectaculares vistas de la costa. Nuestro camino ahora se ve cruzado por la vereda de San Roque, habremos recorrido entonces dos kilómetros y medio; seguimos por pendiente y cruzamos la autopista para continuar por la vereda de la Cañada del apartadero o Camino del Tesorillo. 

Esta vía pecuaria se abre paso a través de monte bajo por los Llanos de Tábanos y el pinar; fue muy utilizada para el transporte de caña de azúcar desde el valle del Guadiaro hasta el Ingenio de Sabinillas. 

Un kilómetro y medio más adelante y a nuestra derecha podemos andar un poco el camino de Honda Cavada o el de Lobato para asomarnos al pantano del Cautivo (Lago Pajaritos), zona de paso en la migración de patos salvajes. Volviendo a la vereda de la Cañada del Apartadero continuamos unos metros para adentrarnos en el pinar. 

Dejamos atrás una vieja casona rodeada de corrales y establos y sombreada por un pequeño grupo de alcornoques. 

El ganado campea a sus anchas en los restos de un pequeño bosque de pino piñonero (pinus pinea) de  los años 1912 y 1916. Aunque muy reducido por los incendios, el pinar se abre paso lentamente a través de un importantísimo proceso de regeneración espontánea: son muchos los brotes y pies jóvenes que crecen a la sombra de las aparasoladas copas de los más viejos. 

Su sotobosque está compuesto por especies como coscoja, sabina, retama, escobón, aulaga, érguen, jaras, jaguarzo, olivilla, mejorana, tomillo, romero, palmito, matagallo…

También aparecen dispersos algunos alcornoques, encinas, acebuches, algarrobos y eucaliptos.  Lagartos, salamanquesas, culebras, meloncillos, jinetas, topos, ratoncillos, mochuelos y búhos permanecen ocultos.

Seguimos al sur por el camino del pinar. 

El paisaje de monte bajo, despejado, ofrece una bonita panorámica del valle del Guadiaro. Unos mil ochocientos metros más adelante, antes de tomar al nordeste la Vereda de San Roque, se nos ofrece una vista inmejorable de la costa gaditana, el Peñón de Gibraltar, la sierra de Los Barrios, de Tarifa y Algeciras, La Almenara y Carbonera de San Roque, y África (una panorámica que realmente merece ser inmortalizada).

Al sureste, el alcornocal de la loma del Negro, resto de los alcornocales de Cádiz. Cruzamos el túnel de la autopista y subimos hasta el camino de las Huertas de Martagina, a la derecha, y que discurre a media ladera en el margen izquierdo del arroyo  a lo largo de mil setecientos metros  ofreciendo una bonita panorámica del valle. 

En su tramo final, unas viejas casas de piedra blanqueada embellecen el entorno (en esta zona crece en primavera la llamativa Boca de dragón). Llegamos así de nuevo al camino de Martagina e iniciamos la bajada de regreso.

Datos Generales:

Distancia: 10 Km.  (aprox.)

Tiempo estimado: según el recorrido y modalidad elegida. Es recomendable salir por la mañana

Modalidad: a pie a caballo y en bicicleta de montaña. Es posible hacer el recorrido en coche siempre que no haya llovido recientemente, salvo un tramo de Las Huertas de Martagina que en ningún caso admite el paso de vehículos

Dificultad: baja

Época recomendada: Todo el año, presentando mayores dificultades la estación lluviosa por la proliferación de charcos que pueden llegar a cerrar el paso de algunas sendas.

Sendero Manilva – Secadero

Este sendero nos permitirá atravesar el término municipal de Manilva desde la Ctra. Comarcal de Manilva a Gaucín hasta el extremo occidental en la Barriada de Honda Cavada y el Secadero, en Casares, pasando por diversos lugares de interés como son el Puerto La Teja y Cerro Luis, la Presa Pajaritos o del Cautivo, el pinar de Tábanos o el paraje de La Morisca en el Camino de Honda Cavada.

Se inicia el recorrido en el Camino del Tesorillo desde el Cementerio Municipal. Este tramo transcurre por un carril descendente, con  fuerte pendiente hasta el arroyo de la Peñuela, desde dónde se inicia una considerable pendiente hasta el Puerto La Teja. 

En esta zona y en el Cerro Luís, justo al frente, se constató la existencia de restos arqueológicos relacionados con el mundo romano y medieval. 

Dejando a la izquierda la zona conocida como la Rondana, seguimos por un tramo descendente, por monte bajo hasta la Morera. Una no muy pronunciada subida nos lleva a los naranjales del lago (presa) Pajaritos. Las fascinantes vistas de la costa que nos acompañan durante todo el recorrido, aquí se vuelven inmejorables.

El paisaje de monte bajo, despejado, ofrece una bonita panorámica del valle del Guadiaro, la costa gaditana, el Peñón de Gibraltar, la sierra de Los Barrios, de Tarifa y Algeciras, La Almenara y Carbonera de San Roque, y África (una panorámica que realmente merece ser inmortalizada).

El camino de Lobato, a la izquierda nos lleva al Pinar de Tábanos, justo frente a un antiguo caserón. El ganado campea a sus anchas y el águila real observa desde el aire. 

Aunque muy reducido por los incendios, el pinar se abre paso lentamente a través de un importantísimo proceso de regeneración espontánea: son muchos los brotes y pies jóvenes que crecen a la sombra de las aparasoladas copas de los más viejos.

Su sotobosque está compuesto por especies como coscoja, sabina, retama, escobón, aulaga, érguen, jaras, jaguarzo, olivilla, mejorana, tomillo, romero, palmito, matagallo… También aparecen dispersos algunos alcornoques, encinas, acebuches, algarrobos y eucaliptos.   

Por último, tomamos el Camino de Honda Cavada, a la derecha, último tramo que pasando por la zona conocida como La Morisca, nos lleva hasta la Barriada de Honda Cavada todavía en el término municipal de Manilva.

Datos Generales:

Distancia: 12km (aprox.)

Recorrido: Lineal

Desnivel máximo: 200m

Tiempo estimado: 5 horas

Modalidad: A pie

Dificultad: baja, con alguna subida pronunciada.

Ven a vivir la experiencia